

El empleo es mucho más que una actividad económica. Es una vía fundamental para el ejercicio de derechos, la construcción de identidad, la participación en la sociedad y la vida independiente. Para las personas con parálisis cerebral, el empleo además de una fuente de ingresos es una herramienta de empoderamiento personal y social. Negar o dificultar este derecho a las personas con discapacidad es perpetuar su exclusión y vulnerar su dignidad.
Según la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, los Estados deben reconocer que toda persona con discapacidad tiene derecho a trabajar en igualdad de condiciones con las demás, a elegir libremente su empleo y a desempeñarlo en entornos laborales abiertos, accesibles e inclusivos. Sin embargo, ese compromiso internacional está aún lejos de cumplirse en la práctica diaria. Los datos lo demuestran: la tasa de empleo de las personas con discapacidad está muy por debajo de la media. En el caso de las personas con parálisis cerebral, que pueden necesitar más apoyos para desarrollar su proyecto profesional, las oportunidades laborales son prácticamente inexistentes. Las barreras físicas, comunicativas, sociales y actitudinales siguen limitando su acceso al mercado laboral, tanto en el ámbito público como en el privado.
Desde Federación ASPACE Castellano Leonesa reivindicamos un enfoque centrado en las personas, basado en derechos y con apoyos individualizados. No basta con abrir puertas, hay que acompañar, adaptar, formar y transformar.
El talento, la capacidad y la motivación existen. Lo que falta es el reconocimiento, los apoyos adecuados y la voluntad política y social de hacer posible el acceso de todas las personas al empleo. Queremos un futuro en el que una persona con parálisis pueda soñar con su profesión, formarse y conseguirla, sin tener que luchar contra prejuicios ni obstáculos injustos.
Una sociedad que excluye talento, pierde riqueza.